La mediación (del latín: “mediación”) es una forma extrajudicial de resolución de conflictos. Lo que es particularmente característico es que quienes están involucrados en un conflicto intentan encontrar sus propias soluciones bajo su propia responsabilidad. Cuentan con el apoyo de un tercero independiente (el mediador) que, a diferencia de un juez, no tiene autoridad para tomar decisiones. Lo que caracteriza al mediador es su capacidad para llevar a cabo negociaciones estructuradas, con las que guía a las partes para que encuentren acuerdos generalmente rápidos y flexibles, a veces incluso más rentables, de los que todos los involucrados se benefician. Se tienen en cuenta los intereses de los implicados, se rompen las situaciones de bloqueo y se vuelve a hacer posible la comunicación mutua. La mediación es una vieja idea para resolver conflictos cuyas raíces se remontan a más de 2.000 años.